lunes, 14 de septiembre de 2015

RESERVA MARINA

Para Anaga, una reserva marina es lo que a priori, según muchas opiniones, daría un importante impulso a la pesca y al medioambiente. No sólo eso, sino que entraría dentro de las bases de lo que se ha dado en llamar el desarrollo sostenible (favorecer el desarrollo económico y social sin comprometer el futuro, ni de las personas, ni de los valores medioambientales).

De intenciones están llenas las oficinas de los políticos encargados de aplicar las medidas correctas; pero a estas alturas y con temas que llevan tanto tiempo pendientes, como la reserva marina, no es cuestión de acierto o error, es simplemente una cuestión de desidia, porque en ningún caso queremos tener en cuenta el hecho de intereses ocultos. Desidia derivada de una escala de valores y/o prioridades, como lo quieran llamar, más que dudosa y que ninguna institución pública es capaz, de actuar de oficio. Parece que la puesta en marcha de medidas sólo convencen cuando la obtención de plusvalías, sean lícitas o no, parecen cuantiosas; y con ésto estamos hablando de los permisos concedidos para realizar sondeos en busca de petróleos en aguas de Canarias, y del muelle deportivo planeado en San Andrés (con ejemplos de fracasos empresariales muy variados en diferentes zonas de la Península). 

La vida de todos y cada uno de nosotros depende del entorno, no sólo porque respiramos, sino porque comemos de lo que se siembra sea aquí o sea más allá. Cuidar lo que nos rodea es esencial para nuestra calidad de vida.

Al hecho en concreto, una reserva marina trae consigo: turismo en sus diferentes modalidades, buceo, barcos, investigación; aumento en cuantía y calidad de la pesca, está más que demostrado que las reservas marinas no sólo favorecen el espacio protegido, también las zonas adyacentes. Y si bien en Canarias y como no podía ser menos en Anaga, existen zonas marinas cuya calidad medioambiental a descendido, ésto permitiría su revalorización. Y lo más sorprendente de todo ésto es que la inversión económica sería muy baja, teniendo en cuenta los enorme beneficios que se podrían obtener.

Así nos hacemos eco, de noticias publicadas en la prensa escrita de Canarias, en la que las diferentes instituciones tiran la pelota al tejado de la otra para deshacerse de un problema al que todas deberían hacer frente, independientemente del signo político que las abandere.