viernes, 4 de septiembre de 2009

Nuevas obras en el Valle de Las Huertas

Los vecinos de San Andrés volvemos a presenciar una nueva maniobra de “hechos consumados” por parte del ayuntamiento capitalino.

Me refiero a las obras que se están realizando en la nueva carretera que llevará a la zona de Las Huertas, concretamente a la parte junto a la Batería Militar y la pasarela al Infobox. Allí, desde hace algunos días (curiosamente empezaron a trabajar aquí cuando los vecinos de La Farola o Montaña Morera pararon las obras sin licencia que se habían iniciado en la carretera de Taganana) se están ejecutando unas obras que, a todas luces, son las que llevarán la carretera por encima del edificio de aparcamientos denominado “Mamotreto”.

En el lugar se puede apreciar claramente que se ha “entullado” para hacer la cuesta que llevará esta vía sobre el susodicho “Mamotreto”, edificio que se encuentra paralizado por ley debido al “Caso Las Teresitas”.


¿Cómo es posible que se hagan estas obras si aún no está resuelto si este edificio continuará existiendo o no? Volvemos, como dije, a ver una maniobra de “hechos consumados”. Cuando la nueva carretera esté hecha dirán que ya no se puede demoler el edificio porque es necesario comunicar Las Huertas, seguramente también anularán la actual pista que lleva al campo de fútbol de San Andrés, con lo que reforzarán sus argumentos de lo necesaria que es la nueva carretera.

Asimismo, también parecen seguir con las obras del llamado Sector B de Las Teresitas (sito en el Valle del Cercado), igualmente paralizadas.

Y yo me pregunto, porque realmente no lo se, ¿hasta qué punto pueden seguir unas obras que ni siquiera han sido aprobadas por el PGO de Santa Cruz?

Está claro que las comunicaciones deben mejorarse, como tantas otras cosas en el Distrito de Anaga, pero lo que no toleramos y debemos combatir es que se nos imponga un mal llamado “progreso” que sólo se basa en el cemento y que anula nuestra identidad.

Por otra parte, el silencio y la “zorrina” con la que se hacen estas cosas no dejan de asombrarme, pues aquellos que nos representan, a todos los niveles sociales incluyendo a las asociaciones de vecinos, se callan y miran para otro lado, y es el vecino, por propia iniciativa, el que debe denunciar e informar acerca de estos actos.

Beneharo Hernández

Ver artículo en Revista Digital San Borondón

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